Extracto:Ample quiere eliminar el estrés de la movilidad eléctrica con estaciones que intercambian baterías en 10 minutos, sin obras, sin cables y sin modificar el coche.
Las ventas de coches eléctricos siguen sin despegar tanto como les gustaría a las marcas. Entre los motivos destacan dos: sus precios continúan siendo excesivamente altos para los usuarios comunes y que los conductores siguen dudando sobre la autonomía y tiempo de recarga de estos vehículos.
Aunque las marcas aún están trabajando en solventar lo primero, para lo segundo parece que Ample ha encontrado la solución perfecta. La startup californiana ha desarrollado un sistema de intercambio modular de bateríascapaz de cargar completamente un coche eléctrico en solo diez minutos. Aunque el objetivo es reducirlo a cinco minutos.
En concreto, la compañía ha instalado sus primeras estaciones en Madrid, y planea ampliar su presencia gracias a una financiación pública de 9,76 millones de euros procedente del programa Moves Singulares, impulsado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión Europea.
De hecho, empezar en la capital no es baladí. “Nos gusta España porque es uno de los países en los que se obtiene apoyo del Gobierno para llevar a cabo el proyecto. Es un lugar en el que es fácil trabajar”, explica John de Souza, cofundador de Ample, en una entrevista con .
Además, añade, “necesitamos a los fabricantes de equipos originales, las empresas automovilísticas, y a estas también les gusta trabajar en España. Así que tenemos a las empresas automovilísticas, tenemos a los fabricantes y, por último, necesitamos las flotas. Y las flotas también están dispuestas a probar los vehículos eléctricos. Por lo tanto, era un lugar ideal”.
No hay que olvidar que España es el segundo mayor fabricante de coches de Europa y el noveno en el mundo. De hecho, una de las marcas que más produce en nuestro país es Stellantis, precisamente el fabricante que se ha aliado con Ample para traer esta innovadora a nuestro país.
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En este sentido, Ample se ha aliado con el grupo Stellantis para lanzar en Madrid un servicio de car-sharingbasado en el Fiat 500e, con baterías intercambiables y respaldado por Free2move,el operador de servicios de movilidad de Stellantis, y Free2move Charge, los servicios de recarga específicos para clientes de Stellantis.
Pero, ¿cómo funciona este intercambio de baterías? Muy simple, solo tienes que poner el coche dentro de la instalación. Una vez te bajas del coche, a través de sensores, de forma autónoma, la base se ensancha a la medida del vehículo. Una vez fijado, se eleva unos 10 centímetros para que el robot pueda acceder a la parte baja del coche.
“Lo primero es asegurarse de que el coche no está dañado ni que la persona lo haya golpeado contra algo. Para eso, el robot revisa toda la parte inferior con un escaneo 3D, donde verifica exactamente cómo debería verse y, si hay daños, envía un mensaje para decir que se trata de un coche dañado”, explica John de Souza.
Si todo está bien, el robot cogerá la bandeja donde está situada la batería y se la llevará a la estación donde cogerá otra lista para ser usada. “Cambiar estas baterías es tan fácil como ir a la gasolinera”, señala. Una vez este proceso ha finalizado, la base volverá a la posición inicial y el conductor podrá volver a subirse a su vehículo y reanudar el viaje.
Esta construcción, según detalla el cofundador de Ample, es muy fácil de construir, ya que ni siquiera necesita que el suelo esté recto. “Podemos retirarlo en un día si es necesario y nos lleva muy poco tiempo instalarlo y retirarlo, y no hay ningún peligro con los materiales ni nada por el estilo”, afirma de Souza.
Ample quiere revolucionar la recarga de coches eléctricos sin cambiar los coches ni depender de subvenciones
A diferencia de los sistemas tradicionales de carga eléctrica, la propuesta de Ample se basa en un modelo similar al de una estación de servicio: el usuario accede a una estación, el sistema retira automáticamente la batería agotada y la reemplaza por otra completamente cargada. Todo ello en menos de diez minutos.
Para conseguir recortar este tiempo a la mitad, Ample debe desarrollar un poco más los software, algo en lo que ya está trabajando. “Cuando ves moverse a los robots, se mueven en un eje cada vez, por lo que al final se mueven juntos, pero hay que hacer muchas validaciones antes de hacerlo. Por lo tanto, serán principalmente cambios de software y hay algunas cosas, como levantar el coche más rápido, bajarlo más rápido, que también cambiarán”, explica John de Souza.
Sin embargo, Ample no es la primera empresa que intenta poner en marcha un sistema de recarga similar sin éxito. Su secreto, a ojos del directivo, es intentar no cambiar los coches.
“Cuando la gente desarrolla el intercambio de baterías, va a las empresas automovilísticas y les dice: 'Necesitamos que cambien el coche'. Eso es muy difícil de hacer. Las empresas automovilísticas fabrican tantos coches que no pueden hacer pequeños cambios. Es demasiado difícil. Por lo tanto, no requerimos ningún cambio en el coche”, explica.
Por otro lado, han entendido que cada coche tiene su propia batería. “Somos la primera empresa que puede utilizar lo mismo en cualquier coche. Exactamente como la gasolina”. Por último, al no tener que hacer obras, su construcción es muy sencilla y se adapta al espacio en el que se tenga que instalar.
Este modelo le ha permitido expandirse por EEUU, China y España. Aunque Ample no se quiere detener aquí. De hecho, nuestro país es solo la primera parada del desembarco que esperan poder realizar en Europa. La compañía considera que los ambiciosos planes que tiene la UE en cuanto a la electrificación solo van a poder cumplirse si entran en juego las baterías.
Sin embargo, este impulso solo puede nacer de la colaboración público-privada. “Esta colaboración es muy importante porque muchas ciudades ofrecen muchos incentivos para la recarga. En realidad, lo que quieren es la electrificación. Por lo tanto, queremos asegurarnos de que los incentivos para el intercambio sean los mismos que para la recarga. No debe haber diferencias. Lo que se ofrezca a unos, debe ofrecerse también a los otros”, reflexiona John de Souza.
“Por lo tanto, creo que la colaboración público-privada ayuda a garantizar que todos los incentivos sean los mismos. Y las subvenciones, como la que tenemos ahora mismo, ayudan mucho a acelerar el proceso”, añade. Aunque matiza que, a largo plazo, esperan no depender de ellas. “Las subvenciones son buenas para ayudar a acelerar el proceso, pero hay que asumir que desaparecerán y que la empresa tiene que ser rentable”.
La hoja de ruta de Ample: flotas primero, consumidores después
Por el momento, gracias a su colaboración con Stellantis, Ample va a estar disponible para servicios de car-sharing. Sin embargo, el objetivo es también poder dar servicio, como cualquier gasolinera, a todo tipo de coche, privado y público.
“Inicialmente, nos centramos en el ámbito comercial. Lo primero son las flotas comerciales, el uso compartido de vehículos, la entrega de última milla, las flotas corporativas. Y luego, a medida que construimos la red, también nos dirigiremos a los consumidores. Por lo tanto, estamos considerando tanto a los consumidores como a las aplicaciones comerciales”, explica John de Souza.
De la misma manera, Ample también quiere ampliar su red de socios que potencien este sistema de recarga. Para ello, el directivo diferencia los tipos de socios que pueden tener. “Uno son las flotas. Realmente queremos más socios de flotas. Cualquier flota que quiera pasarse a la electricidad, nos encantaría hablar con ellos y asociarnos con ellos”, detalla.
“El segundo, y con los que trabajamos muy estrechamente, son con las empresas automovilísticas. Y, el tercero, es trabajar con el Gobierno para asegurarnos de que las regulaciones gubernamentales avancen para adaptarse a lo que estamos haciendo y asegurarnos de que creen nuevas regulaciones”, concluye.
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